martes, 5 de noviembre de 2013
Cronopios es una noción creada por el escritor argentino Julio Cortázar (1914-1984). Los cronopios son seres verdes y húmedos, de acuerdo a lo imaginado por el autor de “Rayuela”, quien nunca dio demasiadas precisiones sobre el aspecto físico de estos personajes.
La primera vez que Cortázar utilizó el término fue en un artículo publicado en 1952, cuando reseñó un concierto que Louis Armstrong ofreció en París. Al escritor se le ocurrió la idea cuando, en el Teatro de los Campos Eliseos de la capital francesa, tuvo una visión de unos globos verdes flotando alrededor de la sala.
La primera vez que Cortázar utilizó el término fue en un artículo publicado en 1952, cuando reseñó un concierto que Louis Armstrong ofreció en París. Al escritor se le ocurrió la idea cuando, en el Teatro de los Campos Eliseos de la capital francesa, tuvo una visión de unos globos verdes flotando alrededor de la sala.
El concepto de los cronopios quedó en la mente de Cortázar, quien escribió una serie de cuentos y poemas con estos personajes como protagonistas que aparecieron en el libro “Historias de cronopios y de famas”, publicado en 1962.
De acuerdo a lo que se desprende sus textos, los cronopios son criaturas idealistas, sensibles e ingenuas. De esta manera se diferencian de otros seres imaginados por el escritor, como los famas (pretenciosos y formales) y las esperanzas (aburridas e ignorantes).
Cortázar supo aclarar que el término cronopio no tiene nada que ver con el tiempo,
lo que podría inferirse del prefijo crono. Simplemente, aseguró el
argentino, fue una palabra que se le ocurrió y que le pareció apropiada
para nombrar a estos seres.
Con el paso de los años, tanto Cortázar como sus
amigos y seguidores comenzaron a usar la noción de cronopio como un
adjetivo o un tratamiento honorífico aplicado a las personas que admiraban. Así, Cortázar suele ser llamado como El Cronopio Mayor.
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